sábado, 3 de enero de 2009

Reciclaje de la basura en casa





***Cada español genera dos kilos de basura cada día, de los que sólo se recupera un diez por ciento. La consecuencia es que las basuras van a parar a las incineradoras que contaminan y nadie quiere cerca de su casa.

Tenemos que separar y favorecer el reciclado de las basuras domésticas. Las fracciones más habituales que podemos separar en el rincón de casa, con los residuos que les corresponden son:

Contenedor azul. Si es posible, colocar solo papel y cartón limpio (por ejemplo, no manchado con comida o grasa) sin cintas adhesivas, trozos de plástico como ventanillas de sobres o grapas. No es recomendable depositar papel parafinado. Con el papel y cartón usado se elabora de nuevo papel y cartón, que encontramos en productos como cajas de cereales, galletas o medicamentos, papel de escritura, envases de alimentos como la harina, el azúcar o el arroz, y embalajes en general.

Contenedor verde. Botellas y botes de vidrio. Se pueden quitar siempre que sea posible las etiquetas de papel y otros impropios como argollas de plástico. Las tapas metálicas pueden ir al contenedor amarillo. No se deben introducir materiales como bombillas, vidrio pirex o cristales de ventanas. La separación permite que se vuelvan a producir botellas y envases de vidrio, evitando el consumo de toneladas de arena y utilizando un 30 % menos de energía y un 50 % menos de agua.

Contenedor amarillo. Envases plásticos, como envoltorios de plástico en general, botellas de PET, bandejas de porexpan, bolsas de film de polietileno (las típicas bolsas que nos ofrecen en los comercios), envases de postres lácteos, envases de bebidas de cartón tipo tetrabrik.... El reciclaje de envases plásticos permite fabricar más envases (para usos no alimentarios), mobiliario urbano, o bolsas de plástico. Incluso hay fabricantes de ropa de fibras sintéticas que usan botellas de bebidas de plástico recicladas para elaborar forros polares y otras prendas similares. En este contenedor debemos depositar también las latas y envases metálicos, como latas de conserva, de refrescos, tapas… Los metales son materiales de alto impacto ambiental, por lo costoso de su extracción y la energía que requieren para su transformación. Estos envases estan elaborados con hierro, zinc, hojalata o aluminio. Con el aluminio reciclado, que tiene las mismas propiedades que el original, se fabrican nuevos envases, así como piezas y láminas de aluminio para todo tipo de aplicaciones. No debemos olvidar a los tetrabriks, fabricados con celulosa (cartón) en un 75 %, aluminio y un film de polietileno. La separación de estos componentes permite recuperar toda la celulosa, el aluminio y convertir el plástico en parafinas o combustible. Si se almacenan limpios y plegados son menos problemáticos en la bolsa de basura.

Contenedor marrón o naranja. Materia orgánica. Se pueden colocar en los contenedores de fracción orgánica los restos de comidas tanto vegetal como animal así como servilletas y pañuelos de papel usados.La materia orgánica de los domicilios se trata en las plantas de compostaje junto con los restos de jardinería de los parques en grandes pilas en las que se favorece la formación de compost, que se puede utilizar en jardinería y agricultura para devolver los nutrientes y estructura a la tierra. La materia orgánica debería recogerse en bolsas de plástico con biopolímeros compostables.

Residuos peligrosos. En nuestro rincón de reciclaje se puede preveer un recipiente o caja, si puede ser en un lugar protegido y alejado del alcance de los pequeños, donde guardar temporalmente los residuos problemáticos que quedan fuera de los contenedores habituales: aceites, restos de productos químicos como pinturas o tintas, componentes electrónicos, envases de aerosol, pilas... Todos estos residuos tóxicos no deben incorporarse a la bolsa de la basura sino que deben gestionarse a través del Punto verde. En algunas ciudades los hay incluso móbiles para facilitar este gesto imprescindible para facilitar el reciclaje de tóxicos.

En algunos casos la recogida de estos productos tóxicos se facilita, como en el caso de las pilas, aunque sorprende que todavía más de la mitad de las pilas no se coloque en los puntos de recogida, que sin embargo son numerosos en muchas regiones. Con esta actitud pasiva se sigue contribuyendo a la contaminación con mercurio y metales pesados del medio y de nuestros organismos. En general, recae en el ciudadano llevar estos residuos nocivos a los puntos de recogida o al Punto verde, que suele ser instalaciones a las afueras o en el interior de la ciudad, o bien un equipo móvil con diferentes paradas en la ciudad en horarios determinados, donde se pueden depositar estos residuos. Actualmente, la base de este sistema es la sensibilidad y voluntad del usuario. Idealmente, una mayor participación en la recogida de estos residuos peligrosos podría fomentar una mayor inversión en sistemas de recogida más cómodos para estas fracciones minoritarias en volumen, pero de mayor toxicidad.

Contenedor de desecho. Resto. Actualmente es el que más llenamos, aunque debería ser el que menos capacidad tuviera. Si fuéramos ambiciosos y separáramos correctamente todos nuestro residuos, esta fracción a penas ocuparía un 15 % en nuestro rincón de reciclaje.